miércoles, 30 de septiembre de 2015

ALMAS INMADURAS

Llega ese momento en la vida, en que creces.

Nos pasamos la vida cumpliendo años, uno tras otro, sin darnos cuenta que la vida corre que se las pela y seguimos siendo almas inmaduras.

Cometemos errores, que por falta de esfuerzo volvemos a cometer. Confiamos en la gente, porque es más fácil hacerlo que ir desconfiando de todo el mundo. Creemos que el mundo se acaba cuando alguien nos engaña. Y nos tomamos a la tremenda cualquier agobio que no nos deje dormir dos noches seguidas.

Y es cuando un día, sin saber ni por qué ni por qué no, te das cuenta de lo estúpida que has sido durante cierto tiempo, meses, años e incluso media vida. No eres perfecta ni nadie te pide que lo seas, ahí es donde reside tu encanto, en esa imperfección que te hace testaruda, impulsiva, y hasta a veces prepotente, ya que los maniquies pocas veces resultan atractivos más allá del escaparate. Eres tú quien te exige demasiado y quieres la perfección como tu modo de vida y por supuesto de todo y todos quienes te rodean. Y ahí es donde todo falla... Puedes exigirte a ti por superarte a ti misma, pero jamás puedes exigir a tu entorno nada. Aprende a vivir no con un escudo, sino con una capa de vaselina donde todo lo que no te interese o te dañe, simplemente te resbale. No te encierres en ti misma, ya que no se trata de desconfiar de todo el mundo, sino de no andar confiando tan a la ligera. Aprende a escuchar... y a callar. Y afronta las vicisitudes desde lo alto de unos buenos tacones, ya que desde las alturas hasta los problemas empequeñecen.




PERSONAS REFUGIO

Hay personas que son refugio, un santuario en vida, un oasis entre tanta aridez. Personas con la capacidad de hacer que los problemas te abandonen en su presencia, que tienen ese abrazo que necesitas en cada momento, la sonrisa que crees que no sale y la alegría que no encuentras.


A esas personas hay que acercarse sin interés, sin ansia de propiedad y abrazarse, abrazarse fuerte... 
Con el alma.




Para mi querida Alice.

No es abismo, si es de tu mano.

martes, 29 de septiembre de 2015

CORAZÓN EBRIO

Creí que duraría para siempre. Y el "para siempre" también caduca.

Cuando crees que le has encontrado el equilibrio a tu vida, cuando te levantas de nuevo con energía y con ganas de comerte el mundo, llega el mundo... y te come él. 

Olía tan bien... Pero no era sólo su perfume, que aún es un misterio para mi, era su olor corporal. Olía a Moussel que mezclado con aquel aroma y con su presencia le convertía en una mezcla explosiva.

Y no sé qué ocurrió, pero cuando nuestras miradas se cruzaron el mundo decidió sentarse con nosotros en aquella barra del bar. Charlamos lo justo, muchas risas y una copa a medio terminar, pero necesitábamos estar solos, ansiabamos estarlo, así que despachamos al amigo, perdimos a los compañeros y cuando conseguimos despistar a mis amigas, el mundo decidió volver a poner las manecillas del tiempo en marcha. Y todo empezó a ir tan deprisa que cuando me quise dar cuenta, le tenía ahí clavado...vamos, que se había quedado a vivir conmigo, en mi cuerpo pero también en mi mente.

Y la mente también duele, y hasta los besos y las caricias duelen... y yo aún no entiendo por qué el amor duele. Pero aquel amor era doloroso y eso que decía que me quería, y más de lo que tú crees, me repetía. 

Ahora, cuanto más tiempo pasa, más te das cuenta de que el amor no duele. Lo que duele es otra cosa. Duele el corazón... cuando a éste se le pasa la borrachera y se da cuenta de que quien duerme contigo, sólo está de paso. Eso es lo que duele.