De lágrimas provocadas por actos incomprensibles, como incomprensible es el amor capaz de querer a quien te hace llorar.
E igual es que las mujeres somos tontas, o lo que es peor, nos hacen creer que lo somos... Pero aunque tenemos claro que nadie cambia, siempre existe la esperanza de que al menos mejoren o quieran mejorar. Y eso es lo que mantiene esta locura que es amar con corazón pero sin razón, entregando el alma aún sabiendo que no la merecen, y dando lo mejor de nosotras pidiendo tan poco a cambio...
Y no sé cómo se lucha contra eso, ni siquiera si tiene remedio, pero ojalá que las lágrimas jamás vuelvan a ser el alimento de un ego.