lunes, 21 de diciembre de 2015

RECUERDOS

Nunca me habían gustado las despedidas, pero aquella vez era distinto porque nadie se iba.

Cuando sabes que todo ha terminado, que debes marcharte si no quieres acabar con lo poco que queda, es cuando más difícil se hace decir adiós. 
Eramos extraños. Lo compartíamos todo sin realmente involucrarnos en nada. Y al final las ilusiones acaban convirtiéndose en decepciones y las preguntas se agolpan sin hallar respuesta. 
Pero ¿cómo se empieza? ¿por dónde? ¿cómo miras a esa persona que te ha dado tanto, y le dices adiós? 
Sientes miedo... Hasta pánico. Y te refugias en los recuerdos. Esos que te hacen olvidar la angustia que acabas de sentir. Recuerdas su risa mientras bailas preparando la comida, sus ojos sonriendo divertidos cuando le contabas cualquier anécdota en el trabajo, su olor... su calor... su cuerpo jadeando, y de repente le recuerdas cuando entre las sombras de vuestro dormitorio te susurraba al oído lo feliz que era contigo...
Y entonces sonríes tú porque en ese momento has recobrado la esperanza. Algo que creías perdido. Algo que gracias a tus recuerdos hace que brillen de nuevo tus ojos porque sabes que no ha muerto.
Y cuando sorprendido te pregunta de qué querías hablar... Tú simplemente le dices que eso puede esperar y te cuelgas de su cuello fundiendoos en un abrazo.
Y todo gracias a tus recuerdos...
En esta ocasión, benditos recuerdos.



ELLA

Sabía que ella estaría.

Me tenía loco... cada vez que se cruzaba conmigo no podía quitarme su imagen de la cabeza en horas. Como su melena se movía al caminar, la visión de su cuerpo era devastadora y ese perfume que ya olía por todas partes.

Quería más, no unas simples miradas o unas sonrisas y saludos haciéndome el encontradizo.

Me dirigí al local, recién duchado, vestido informal, camisa blanca,vaqueros y chaqueta de traje...

El corazón volviéndose loco al abrir la puerta como un quinceañero al que le miran por primera vez. Contención, joder.

Entré sin mirar, hacia la barra, necesitaba una copa para calmarme un poco.

El camarero fue rápido. Un trago, otro, mejor...

Música suave, gente hablando por todas partes y mesas al fondo... Si, allí está.

Vestido, hombros al aire, pelo perfecto, labios rojo intenso, joder... imposible contener una creciente erección.

Me volví a la barra y me terminé la copa... calma.

Cuando conseguí calmarme volví a mirar a su mesa... no, no estaba.

Estaba a un metro de distancia delante de mí y yo solo pude sonreír como un tonto al que le acaban de dar un regalo.

Había algo en su mirada distinto... intensidad. 

Di un paso acortando la distancia entre su boca y mi boca, no hizo falta más, ella lo hizo real, ese último acercamiento... suavidad, deliciosa suavidad de sus labios rozando con los míos antes de cerrarse en un beso que me dejó en llamas.

Se separó y entonces fue mi boca la que la buscó, si se arrepentía no le daría tiempo a echarse atrás. Agarre su cara con suavidad y la atraje a otro beso más posesivo, más exigente.

El resto fue un dejarse llevar por los cuerpos, por la necesidad y el deseo.

Mi casa estaba cerca y no la solté en todo el camino entre caricias, abrazos y besos. Esos jodidos labios gruesos.

Cerré la puerta y me fui directo a su boca, a su cuello, a sus caderas, atrayéndola a mi cuerpo que necesitaba con urgencia su contacto. 

Sus manos desabotonaban mi camisa mientras yo soltaba su vestido sacándolo de sus brazos y dejándolo caer a sus pies. Me quité la chaqueta en un rápido movimiento mientras que sus manos ya estaban moviéndose dentro de mi camisa. 

Miré su cuerpo, ropa interior con transparencias pero fina y elegante... sonreí al sentirme cazado. 

Un suave movimiento y su sujetador cayó a sus pies, mis manos se apoderaron de sus pechos con firmeza, jugando con sus pezones mientras mordía y lamía su cuello, sus hombros y deslizaba mi boca dejando besos por toda su piel.

Su mano jugaba con mi erección, estaba a mil... soltó mi cinturón y el botón de mis pantalones, metió la mano en mis boxers y la recorrió con tal suavidad que solté un suspiro en su oído. No se detuvo, me movía a su antojo y yo respondía jadeando, me bajó el boxer, me liberé de la ropa y le quité el tanga con toda la ceremonia posible, deslizando la palma de mis manos por sus caderas y sus piernas para dejarlas caer esos últimos centímetros.

La tumbé en la cama, separé sus piernas y me lance a lamerla con todo el deseo contenido. Lamidas lentas, succiones, la lengua empapándose en su sabor, gemidos, suspiros, jadeos, estaba cerca y la precipité con movimientos más rápidos, hasta que su mano sujetó mi cabeza y apretándome contra ella convulsionó en mi boca en el gemido más intenso que recordaré siempre.

Trepé por su cuerpo, besé su boca y con un par de movimientos la penetré sin miramientos, mirándola a los ojos y viendo como sus labios se abrían en otro gemido al penetrarla. 

Suave, moviéndome despacio, con movimientos de cadera y frotando su clítoris con mi pubis en cada embestida. Me apretó con sus piernas, me aferró a ella y en unas cuantas embestidas estaba a punto de reventar.

Giré en la cama llevándola conmigo, movía las caderas y yo mordía sus pezones. Más gemidos, más suspiros, más roce y estaba a punto de nuevo.

La elevé con mis piernas, la embestí con velocidad hasta que su orgasmo llegó de nuevo con fuerza, me salí de ella y su mano terminó mi orgasmo mientras mis jadeos fueron retumbando por las paredes de la habitación hasta un ronco gemido final...

Caímos rendidos en la cama y por primera vez fuimos conscientes de lo rápido que había sido todo, un Hola y estallamos los dos en carcajadas.

Hay recuerdos que no se olvidan...





sábado, 19 de diciembre de 2015

ÉL

Sabía que él vendría. Nunca fallaba a aquellas celebraciones.

Me había situado cerca de la puerta con unas amigas esperando no perderme su llegada. Quería verlo, necesitaba verlo otra vez.

Entró solo, con la elegancia habitual, vestido informal, vaqueros gastados, camisa ajustada y americana. Barba de tres días, pelo impecable y esa mirada intensa que hace que todo tu cuerpo tiemble cuando se posa en ti.

Ahí estaba, entrando entre la gente, dirigiéndose a la barra.

Una oleada de calor me invadió, mejillas ardiendo. El corazón empezó a latirme a un ritmo endiablado. 

Los pezones endurecidos rozándose contra el sujetador, el sexo palpitando que ni cerrando fuerte las piernas conseguía acallar y esa sensación de humedad creciente que solo él conseguía con tan solo mirarlo.

Mirándolo, solo podía imaginarme susurrándole al oído todo lo que quería que le  hiciese a mi cuerpo.

Me levanté como pude, no sentía las manos, todo el calor en mi cuerpo las había dejado heladas.

Me acerque como pude sorteando gente y cuando llegue a su lado su sonrisa al verme, me dejo desarmada y desnuda...




sábado, 5 de diciembre de 2015

PARTIDA Y COMIENZO

Dejar de aferrarse a los recuerdos de algo que no lleva a ninguna parte. Doloroso pero necesario. 

Aprender a vivir de nuevo.
Volver a sentir en mayúsculas lo que te apasiona.

No rendirse a una vida que no es plena, que ya no es un reto, que no emociona...

Vender lo poco que posees, regalar lo que te es superfluo y emprender camino.

Te entrego mi vida, las llaves de todos mis secretos,
mis alegrías y mis penas pasadas. 
Los recuerdos de media vida.

Me voy sin lastres, empezaré de cero, viajaré ligero de equipaje
hasta donde la vida me lleve.

Te llevo en mi memoria y mientras dure, eso no lo perderá nunca.






jueves, 3 de diciembre de 2015

MUJERES QUE CORREN CON LOBOS

Para mí , las mujeres que corren con lobos nada tienen que ver con el rol amo-sumisa que tan de moda parece que está en algunas RRSS.

Mujeres que corren con lobos, son esas mujeres que no se identifican con nadie más que con ellas mismas...
Que buscan su camino, y que si van acompañadas mejor, pero que si no, no se hallan perdidas... 
Que cuidan de que todo esté en orden, dentro de su particular caos...
Que no les importa la perfección, mientras su vida sea tan perfecta como ellas decidan...
Que les da igual cuántos estén en contra, mientras ellas estén a favor...
Que saben disfrutar de aquello que tienen, porque les ha costado conseguirlo y sobre todo conservarlo...
Que les da igual los estereotipos porque no todas las que se calzan unos briosos tacones son elegantes ni bellas... (como todo en esta vida hasta para andar sobre tacones, tienes que tener gracia)

Y que nos llamen raras!! por querer salirnos de "lo que toca ", por hablar cuando muchos callan o por ser sencillamente #MujeresQueCorrenConLobos



miércoles, 2 de diciembre de 2015

HECHIZO

Su piel era un hechizo.

El tacto, el sabor, el olor que desprendía recién duchada. No podía resistirme a acariciarla, a sentirla, a experimentar esa sensación que se tiene cuando tocas y sientes incluso antes de que los dedos rocen, esa estática.

El ritmo lento de esa canción resonando mientras acariciaba su cuello, jugaba con sus sentidos, mientras mis manos recorrían ambiciosas su cuerpo. Mis dedos no dejaban un centímetro de su piel sin acariciar, sin poseer. 

Mis labios besando cada terminación nerviosa, tentando su cuerpo a que respondiese...

El infinito era su piel, suavidad y delirio, perdición y condena, placer y recompensa. Cómo no caer preso.

Hechizado en ti...


lunes, 30 de noviembre de 2015

Las cosas no suceden cuando las planeas, sino justamente cuando haces lo contrario. Y aquel día que solo pretendía una salida sin pena ni gloria, acabó siendo la noche perfecta.

Que me gustan las mujeres, de todos es sabido. Pero de ahí a emular una de mis fantasías... Aún no me lo creo ni yo.
Planear un trío es una estupidez, y ese trío en concreto más que una estupidez,  era un imposible. Pero allí estaba ella, con su eterna sonrisa y su ironía de siempre... Hablando de tríos con una naturalidad que cualquiera diría que los hace todos los días. Su amiga sonreía, discreta y hasta sofocada. Y yo simplemente la escuchaba dejando volar mi fantasía. Y qué jodido es dejarte llevar por sus palabras, porque sin poder evitarlo me estaba poniendo encendido como una antorcha. Su minifalda se le subía al gesticular y yo sólo podía imaginar mi mano subiendo por debajo y rozando su piel.
Su amiga se dio la vuelta, y ya mi mente empezó a hacer estragos en mi bragueta. Ese culo perfecto y respingón parecía tener imán con mi mano y mis ganas de azotarla me estaban volviendo loco. Contrólate, pensé... aquí quien manda soy yo.
Y vaya si mandé... ¡una mierda! O al menos al principio porque entre las dos me estaban poniendo a mil. Estaba descontrolado, venga decir gilipolleces porque la situación me superaba. No era dueño de mí, era un puto sumiso en manos de dos mujeres que se habían empeñado en hacer de mí un desgraciado. Pero no estaba dispuesto a dejarlas mandar en mi deseo, así que cogí discretamente a mí amiga del brazo y le dije que si tan chula era, que se dejase de palabrería ya que las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas. Ella me sonrió y como no podía ser de otro modo después de haberme calentado de aquella manera, le susurró algo a la amiga y me cogió del brazo a la vez que mordiendo mi oreja me regalaba aquellas mágicas palabras con las que hice mía la noche y a aquellas dos preciosas mujeres... "Tú ordena, que nosotras obedecemos"





EN SUS OJOS (Alice)

Hacía tiempo que planeaba aquel encuentro.
Demasiado tiempo aplazando aquel abrazo que nos debíamos...

Llegué cansada del viaje y solo me apetecía un baño caliente. Pero entonces el teléfono  empezó a vibrar.
Estaba claro que sus ganas no iban a dejarme mucho tiempo de descanso, pero ¡qué narices! No me había cruzado media España para meterme en una bañera. 
Una ducha rápida, y me enfundé un vestido gris marengo por encima de la rodilla, que enseñaba piernas pero no provocaba, mis adorados stilettos animal print y un toque de maquillaje que me quitase el cansancio de la cara. No quería defraudar, aunque ya sabía que lo que él esperaba encontrar no era una imagen a la que abrazar, sino una sonrisa que compartir, una voz que acariciar y mil miradas con las que bailar.

Había sido tanto tiempo de risas y confidencias que ya ni siquiera podía recordar cómo empezó todo. Pero aquellos mensajes de buenos días empezaron a ser mensajes portadores de tantas emociones que definir nuestra relación virtual era ya casi imposible. Faltaba hacerla real para ser completa.

Salí del hotel y me acerqué a la cafetería. Estaba hecha un manojo de nervios, porque no sabía si le reconocería. Pero al acercarme a la puerta le vi a través del cristal. Sus ojos y los míos se sonrieron y supe que ya jamás habría un final.

Dedicado a mí adorado Jsmastropi






domingo, 22 de noviembre de 2015

EN SUS OJOS (JsMastropi)

Lo necesitaba... todas aquellas palabras, aquella complicidad. Necesitaba verla, hacerla real.

Me enfrenté al espejo, lo de siempre... un jersey de cuello cisne, unos vaqueros desgastados y un abrigo, barba de varios días y ese brillo en los ojos.

Un whatsapp...

- ¿Donde quedamos?

- ¿En que hotel estás? 

- En el que me recomendaste...

- Doblando la esquina hay una cafetería, 
  Te espero en la puerta.

Aparco el coche, camino sin prisa, todavía tardará, pienso en ella. 
Me reconocerá? Yo lo haré por ella.

El frio roza mi cara al bajarme del coche, ese frio otoñal que se hace sentir en la oscuridad de la tarde.

Llego a la puerta del café, pronto, espero, nervios... maldita manía de llegar pronto.

Dudo si acercarme al Hotel. En ese instante, la veo acercarse al doblar la esquina.

Sin duda es ella, camina despacio mirándolo todo... y al verme, esa sonrisa tan suya ilumina su cara.


No digo nada, no hace falta, el abrazo lo dice todo, fuerte, sin miedo, haciéndose hueco en mi pecho.

Un "Hola" tímido rompe el abrazo, sujeto su cara con las manos y lo veo, al fin, en sus ojos, ahí está, la complicidad, el cariño.

Ven, vamos dentro...


domingo, 8 de noviembre de 2015

AMANECER

Abrió los ojos perezosamente, la luz apenas entraba por las rendijas de la persiana mal cerrada.

Tocó la cama, vacía, miró la hora, tarde... se había ido ya.

Su cuerpo se quejó al moverse, ese dolor que te recuerda una noche de sexo de lo más intensa.

Recordó cada movimiento, cada caricia, cada beso y cada avance. Cómo la desnudo con sumo deleite en los ojos, como la recorrió lento y cuidadoso, tocando cada zona de su cuerpo que sabía pondría su deseo al límite.

Sin pensar nada más que en el placer que había sentido, sus manos tomaron protagonismo rememorando como las de él la recorrían. Sujetando fuerte sus pechos, juntándolos y elevándolos para llevarse los pezones a la boca. Jugando con ellos, rozándolos con los pulgares... 

Sus manos ya habían llegado al centro de su placer, su clítoris era el centro de sus caricias, movimientos lentos y circulares, estaba húmeda y no recordaba si era aún de la noche anterior o por las nuevas caricias que se estaba dedicando.

Suspiros, jadeos, gemidos... el momento se acercaba, temblaba, aceleró el movimiento, sus gemidos creciendo en velocidad y volumen.

En unas últimas caricias su cuerpo se rindió, cerró con fuerza las piernas, atrapando sus dedos que seguían martirizándose, alargando el orgasmo arqueando su cuerpo... 

Unos últimos espasmos y por fin la calma... 

Vio su móvil sobre la mesita, lo cogió, activo la cámara y la foto retrató su cuerpo totalmente desnudo.

Escribió el mensaje, "Te esperaré todo el día así, no tardes", adjuntó la foto y le dio a enviar.

El doble check no tardó en ponerse azul. Sonrió imaginado su cara, un instante y leyó escribiendo...

"Veo que aun estás en la cama, espero que cuando llegue estés en la misma posición. 
No tardaré y te daré el desayuno que mereces"...




Fotografía de @aaN_Giiie


martes, 3 de noviembre de 2015

RECUERDOS

Por más que intentaba recordar donde la había guardado, no conseguía acordarme. Revolví todo el escritorio, sabía que estaba allí.

Vi mi antiguo diario de viajes, aquel con tapas de cuero que me acompañó en aquella época junto a mi antigua cámara.

Solté la cuerda que la cerraba, abrí sus páginas y entre ellas apareció ante mis ojos. Perfecta, más de lo que los recuerdos me traían a la memoria.

Una fotografía antigua, gastada por el tiempo. Recuerdo el día como si fuese ayer. 

Una lluviosa tarde de otoño, la soledad de mi cuarto de huéspedes, su olor a lavanda impregnando la pequeña habitación. 

Su cuerpo, uno de esos cuerpos casi cincelados a la perfección por un maestro de la escultura. Sus pechos, sus caderas, sus largas piernas adornadas con medias que siempre me hacían estremecer.

Recuerdo cada detalle de aquella tarde al mirar esta vieja fotografía. 
La última que le hice, el último recuerdo y el más inolvidable, el calor de su cuerpo era lo más parecido a un hogar que tuve en años.

Hogar... 






Fotografía de @rosaabril1 

Gracias Rosa.

domingo, 1 de noviembre de 2015

SILENCIOS


Silencios forzados
Silencios ahogados
Silencios que salvan vidas
Y silencios que tienen la última palabra...





Nunca entendí los silencios... Hasta que me tocó callar a mí.
Y nunca me han gustado porque tengo un alma intranquila, que no le gusta dejar un silencio por respuesta y mucho menos aceptarlo como tal. Pero a veces los silencios gritan lo que el cuerpo debe callar y se debe guardar silencio para no dañar. Y aunque sabes que matas con tu ausencia y que un poco de tí también muere con ella, confías que el tiempo todo lo pondrá en su lugar y que será benévolo con tu recuerdo.

Aun así, los silencios dejan dudas, y no siempre para quien los recibe, sino también para el que los da. Porque el silencio es egoista y cuando callas no siempre otorgas, sino que a veces robas emociones, sentimientos y lágrimas que no te pertenecen. Y eso tampoco es satisfactorio, y la necesidad de actuar así es cruel y también duele.

Silencios... Cuánto daño hacéis y qué poco os comprendemos. 


UN NOVIEMBRE EN LA MIRADA

Sus ojos se teñían de otoño cuando lo recordaba, 
un noviembre rodaba por sus mejillas sin poder retenerlo.

Su mira se volvía acuosa cuando llegaba esa época,
demasiado pasado para un solo mes.

Demasiado recuerdos asociados que aún dolían en el alma, agarrándose con uñas y dientes para no pasar al olvido. 

Demasiado profundo para que fuese tan simple arrancarlo, enraizado entre los huesos, imposible extirparlo sin que se llevase una parte importante de lo que era. 

Siempre le dije que tenía un noviembre en la mirada, siempre me respondió con una sonrisa triste.


 
 

domingo, 25 de octubre de 2015

BESOS DE CARIÑO, DE AMOR TAL VEZ, DE PERDON QUIZÁ...

Es difícil describir ciertos momentos. La verdad es que muy difícil. Y algunos incluso es casi mejor no intentarlo, ya que las palabras desmerecen el momento.
Pero hacerlo igual merece la pena y los retenga en nuestra memoria, aunque solo sea en la nuestra.

No llovía pero la humedad era palpable. Humedad salada y no de mar, sino de nuestros cuerpos. Allí estábamos sentados y abrazados, con nuestras piernas rodeando nuestras caderas y con los brazos acariciando nuestras espaldas.
Silencio... Solo había silencio.
El baile de manos y piernas tenia lugar en un mágico silencio. Sus manos acariciaban las puntas de mi pelo, que revuelto en mi cara no dejaba paso al aire. ¿Pero quién quería respirar? Si yo solo quería morirme allí mismo, en sus brazos, en su piel. Lo único que me insuflaba vida era aspirar su olor... Sigue usando Mussel y ese perfume que aliado con su piel me vuelve loca y me da paz al mismo tiempo. 
Sus besos... Sus besos en mi maraña de pelo sabían a gloria, porque eran besos que nunca me había dado. Besos de cariño. De amor tal vez. De perdón quizá...
De mi pelo pasó a mi frente y descubriendo mi cara pasó a mis labios. Y si rozando su pecho con los míos yo quería morir, cuando me besó con los suyos quise hacerme eterna y jamás volver a mi mundo. Al mundo cruel que nos abre los ojos y nos devuelve a la realidad. A ese que te da un bofetón y te dice, "Alice...deja de soñar".



sábado, 24 de octubre de 2015

LENTO, MUY LENTO...

Lento, muy lento...

Tanto como resistas, tanto como nuestras lenguas bailen, los dedos jueguen, la piel se humedezca y clames alivio.

Desnudarte como el otoño deja los arboles desprotegidos, cayendo la ropa como una hoja baila con el aire hasta posarse en el suelo.

Un lento dedo bajando por tu espalda, dejando que asimiles cada una de las sensaciones. Llegando a la suavidad del tejido de tu ropa interior. Luchando por invadir sus muros, hacer brecha y vencer.

Lento, muy lento, jugando con tus ganas, con tu deseo, con el pecado en tus ojos y la gloria de tus labios.

Lento, muy lento, llegando al placer, a la humedad, rozando el cielo, moviendo despacio y haciendo que incluso sin estar completamente desnuda, te venza el primer delirio.

 

miércoles, 21 de octubre de 2015

SU LADO DE LA CAMA

Amanece otro día... la luz entra por la ventana intratable, haciendo que mis ojos no puedan pedir un segundo más de tregua.

Sientes el calor de la cama, la manta que te cubre y el contraste, el gélido frio que habita a pocos centímetros. Un mundo aparte, su lado de la cama.

Ya nunca duermo en ese lado, nunca me pertenecerá, son los dominios de la soledad.

Ya no hay nada para mí allí. Al final lo entendí, después de muchas noches de frio, de la soledad abrazándote fuerte, de la desmedida necesidad...

Lo entendí, ese lado ya no me pertenece, es una árida estepa de decepciones y tristezas, un mundo que te envuelve y no te suelta si te dejas, un bosque maldito de recuerdos.

Y volví, al calor, a mi lado, a mis tierras conquistadas donde el calor abraza fuerte y nunca me deja desprotegido.




lunes, 19 de octubre de 2015

MARIONETA

Nunca me he sentido más frágil, que cuando fui marioneta...
Puede parecer ridículo y así es como me sentía, pero cuando no eres dueño de los hilos no puedes más que moverte al son de quien te lleva a su antojo. 

No sé cómo ocurrió, solo que cuando quise darme cuenta era una muñeca de trapo a la que poco le importaba dónde iba si eran sus manos las que me manejaban. Pierdes la voluntad propia y lo malo de ello no es la carencia, sino que eres feliz sin todo lo que te han arrebatado.
Y yo no sé por qué era feliz, sin más vida que aquella, sin más futuro que ser una triste marioneta, pero el caso es que no siendo dueña de mi vida y sin siquiera pretender serlo, era feliz. 
Te rebajas por un poco de juego, pierdes la dignidad por que sus manos te guíen, suplicas atención para sentirte querida y entre tanta tristeza, sigues creyendo que eres feliz.

Pero toda función acaba. O bien cuando termina la obra, o cuando se rompe el juguete. Bien sea uno u otro caso el destino es acabar enredada entre los hilos, y si tienes suerte alguien los cortará y te devolverá lo que de verdad te ata a la vida... tu personalidad.



PACIENCIA...

Cuando se te acaba, es como si te dejase de latir el corazón. Como si ya nada importase. Como si hubieses estado perdiendo el tiempo...

Nunca me he considerado paciente, pero ahora sé que lo soy, y mucho. Y no sé si de verdad es una virtud o una condena, ya que la paciencia cansa hasta llegar a agotarte física y mentalmente. Y cuanto más paciente eres, más tonta te sientes, porque mil dudas acechan tu relativa tranquilidad ya que no sabes si tu actitud es motivo de burla. Das mil y una oportunidades, permites que te vacilen, respiras, olvidas, o al menos lo intentas, y solo una cosa te empuja a seguir siendo paciente... que merece la pena.
Y a veces, no hace falta nada extraordinario, nada que haga que explotes, simplemente llega el momento en que ya no lo merece y es cuando deja de tener sentido.

Abres los ojos y por fin respiras, mereces soltar ese lastre. Te has cansado y sin dramas ni malos rollos dejas de ser paciente para ser tú misma.





OTOÑO EN NUEVA YORK

Un bohemio viajero, un atardecer, perdido, callejeando, en la ciudad que nunca duerme...

Perdido, sin rumbo, no sabía cuál sería mi siguiente camino. Había pasado un otoño en Nueva York. 

Caminaba una última vez por Central Park, disfrutando del verde y los colores otoñales que se formaba en el suelo al caer las hojas de los árboles.

Mi sombrero bien calado, un cigarrillo en la comisura de los labios, humo saliendo melancólico de la boca.
Frio, llovía, un paraguas viejo apenas tapaba mi cara. 

Caminaba con la cabeza baja... en mi cabeza resonaba esa canción que tanto me gustaba escuchar a su lado, que parecía escrita para nosotros hace tantas décadas.

Autumn in New York de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong. 

Unos meses con ella y mi alma bohemia ya necesitaba volar. Siempre buscando algo que no llegaba nunca. 

Me paré bajo un puente, el cigarrillo apagándose por el agua en mi cara, o eran las lágrimas que derramaba la tristeza de mi mirada. 

Y si era ella... Y si Nueva York era el destino fijado llamándome. 

No hubo dudas, en ese momento se esfumaron como humo empujado por el viento frio que atravesaba mi cara. 

Siempre fue ella... Lo supe en ese mismo instante.



Fotografía de @lenadeia  Gracias por la inspiración.

domingo, 18 de octubre de 2015

PATIO DE MARUJAS: LAS CRITICAS

¿Cuántas veces hemos mandado a paseo a alguien por decirnos algo que hace que nos duela, más que el corazón... el ego?
Y seguro que pocos son los que se paran a reflexionar sobre ello y simplemente pasan de esa persona que no les regala los oídos.

Para mí es tan importante hablar como escuchar. Con el paso de los años y el haber cometido muchos errores, he aprendido, además de ser cauta, a callarme y escuchar. Escuchar lo que la gente tiene que decirme, los que me quieren e incluso los que no... porque de todo ello saco siempre algo.

La gente que te quiere suele aconsejarte, y sus críticas suelen ser constructivas, aunque reconozco que son las que más duelen porque no gusta fracasar o fallarle a un amigo. Pero en cambio la gente que no te quiere o simplemente le eres indiferente suele criticarte más por envidias que por otro motivo.
Y no es que yo sea nada excepcional ni del otro mundo, pero todos tenemos algo que a otros les gustaría tener y en vez de reconocerlo y alegrarse por ti, le dan la vuelta e intentan atacarte con ello en forma de crítica destructiva. 
Pero hasta de estas personas aprendo algo... Y es que hay que tenerlas bien lejos porque con sus actos se califican solos.






SI SE ENFRÍA QUE SE ENFRIE

Me despertó un ruido, el aroma a café. Toqué las sábanas, aún estaban calientes.

Otro ruido me hace saber dónde estás. Me levanto y camino a la cocina. Despertando paso a paso.
Al entrar la veo apenas cubierta con una camiseta de algodón blanco que le cubre el culo de milagro.

Me quedo observándola, disfrutando de cada movimiento que hace, es una maravilla verla.

Me acerco y la beso, huele a mí. Le aparto el pelo y le beso la nuca, suave y lento. Su culo se pega a mi, ronronea, lo mueve, me enciende.

Le doy un azote y gime, un gemido susurrado y provocador. 

- Buenos días... veo que ya estás despierto.

- Acabas de despertarme...

Le subo la camiseta, veo su tanga negro reposando sobre sus caderas, pidiendo que haga algo.

Mis dedos siguen su fina tela y lo aparto, juego con los dedos, los impregno y rozo la humedad que empieza a brotar.

Otro gemido, la beso con más exigencia, apago otro gemido con mi lengua, me aparta la mano, se suelta de mis labios...

- Se enfriará el desayuno...

- Que se enfríe, ya se lo que quiero.



viernes, 16 de octubre de 2015

QUE VIVA EL PIROPO!

No hay nada más español que los tacos... y los piropos.

A toda mujer alguna vez le han dicho un piropo, y no seamos machistas...a todo hombre también. Y seguro que todos habéis sonreído con cara pícara cuando algún/a zalamero/a os ha hecho semejante regalo. Porque para mi los piropos son eso...regalos, ya que si se dirigen a ti con algún comentario soez o de mal gusto, deja de ser piropo para convertirse en ordinariez. Pero hablemos de los piropos y de las situaciones, porque las hay graciosas, para recordar, y hasta para olvidar si te comprometen delante de alguien.

Está el típico piropo de "albañil" que te hace mirar de reojo y ponerte roja como un tomate, ya no por la gracia o no de las palabras, sino porque hay tres o cuatro apoyados clavándote su mirada.
  "Guapa!! Ole y ole.... Mirala!! Más apreta que los tornillos de un submarino!"

Luego están los de los típicos "aduladores", que quieren parecer trovadores y se quedan en moscones...
   "Si el amor fuera un crimen y amar contrabando, llamen a la policía que me estoy enamorando"

¿Y qué me decís de los piropos ingeniosos?
   "Crees en el amor a primera vista, o tengo que volver a pasar?"

Y cientos y cientos de piropos que se dicen a diario...

No soy de recordarlos, ni tampoco me han dicho excesivos piropos. De hecho sólo me acuerdo del último, que me lo dijo un chaval muuuuuchos años más joven que yo y que me hizo reír a carcajadas, pero ya no por el piropo, sino por el morro que tuvo de encararse a mi que estaba sentada en la barra de un bar y mirándome a los ojos decirme...
- ¿Estás cansada? Que te veo sentada en vez de bailando...
Y antes de que contestase divertida, me suelta
- Normal... Si es que desde que te he visto no dejas de dar vueltas en mi cabeza...
Me reí a carcajadas de ver la chulería y el convencimiento que tenía de que me llevaba al huerto... 

Por todo ello creo que tachar los piropos de sexistas o de acoso es excesivo, aunque depende del trato que te den. Todos los recibimos y los decimos como un halago y no con intención de ofender a nadie. Que algunos tengan poco tacto es otra cosa... 

Así, que viva el piropo y yo que los oiga!








ESA CANCIÓN

Esta canción

No era una noche cualquiera entre ellos. 
Había algo distinto. 

Mismas risas, mismas copas, mismo local, aquel reservado un poco apartado de las vistas. Un par de copas y un silencio entre risas.

Ese silencio eterno de mirarse a los ojos, sólo roto por las primeras estrofas de la canción, con la suave voz de Otis Redding sonando narcótica en el ambiente... "These arms of mine". La mirada cambia, la sonrisa se apaga y unos labios avanzan sin pensar, sin dudas, dejándose llevar por el ritmo cadencioso de la canción.

Y llegan, y se posan y es la gloria notar por fin aquellos labios que siempre había deseado probar...
Un primer beso suave, largo, de los que cuando te separas, necesitas inmediatamente volver a sentir.

El resto te lleva, más besos, la lengua juega con sus labios, los recorre, sin miedos, se enreda, bailan.

Las manos toman posiciones, sujeta su cara, que no se retire, ni un centímetro de duda.

Una mano en la pierna peligrosamente cerca del borde de su falda. Deseo, calor...

Hay canciones que son momentos... 
Hay momentos que son música. 

jueves, 15 de octubre de 2015

ETERNIDAD

Que la vida pasa rápido, de todos es sabido. Pero ¿alguna vez habéis sido capaces de contar lentamente sus segundos hasta hacerlos eternos?

Una vibración en tu interior...
Un, dos, tres
Y buscas a derecha e izquierda el origen de esa sensación.
Le ves y el corazón se acelera y las pulsaciones hacen que hasta la fina gasa que te cubre el pecho denote tu excitacion. 
Parece que a él le sucede lo mismo, mueve su cabeza como buscándote a un lado y a otro.
Y al mirar hacia la barra, vuestros ojos se encuentran en un sonoro beso visual que hace temblar vuestras ganas.
El disimulo lucha contra los nervios de querer salir corriendo y lanzarte en sus brazos.
Paciencia... te susurras a tí misma. Todo llega.
Y la noche se hace tan larga que te da tiempo de saborear las sensaciones que su presencia despiertan en ti. Llegando a vibrar sólo de pensar en todo lo que su cuerpo es capaz de hacer con el tuyo.

Llega el momento y tu cuerpo y sus miles de terminaciones nerviosas ansían estallar bajo él, sobre él, aquí, allá y en cada milímetro de su piel. Y el contacto es brutal. Cómo encajan los cuerpos, cómo vibran las miradas...

Si a este momento no se le cuentan los segundos hasta hacerlos eternos, ni sabes lo que es la pasión y mucho menos la eternidad.



miércoles, 14 de octubre de 2015

DISTANTE... PERO MIO

A veces me gusta sentarme en el borde de tu mirada
y observar el mundo como tú lo ves,
porque todo parece simple
 para una mente que no busca respuestas 
y en cambio parece que las tiene todas.


Y es alucinante perderme hacia adentro de esos ojos 
y descubrir lo que en tu cabeza se cuece... 


Pero cuando sientes que estoy ahí, parpadeas 
y de nuevo vuelvo a verte de frente,
 impasible, impenetrable,
 con esa coraza de mantequilla que llevas.
Ya que te crees fuerte, pero sólo necesito
un roce de piel para hacer que tiembles. 

Y así me gustas, distante pero mío. 







DESTINOS ELEGIDOS

¿Cuántas veces hemos salido de viaje y aunque lo estamos pasando de lujo, hemos deseado la tranquilidad y el sosiego de llegar a casa?
Pues cuando eso lo sientes con una persona creo que es el momento de reflexionar acerca de lo que estás haciendo con tu vida.
Porque las personas también somos destinos, y encima elegidos.

Hoy en día a nadie se le impone una compañía y mucho menos un compañero, y desear estar con alguien con quien te sientes "en casa" es para plantearse que ha llegado el momento, ya no tanto de pasar por el altar, sino de disfrutar de lo que significa compartir tu vida con alguien.

Y no todos tienen la suerte de ver correspondido este deseo, ni siquiera quienes la tenemos  podemos decir que convivir sea un camino de rosas, pero las satisfacciones son muchas más que los desencuentros y hoy por hoy, me sigo muriendo por llegar "a casa"



IMPOTENCIA

Muchos al leer el título de la entrada creerán que voy a hablar de la impotencia sexual... pero nada dista más de mi intención. Porque ojalá al igual que ésta, la impotencia del alma tuviese remedio que la paliase. 

Nunca me he sentido peor que cuando la impotencia se adueña de mi interior. Todo en lo que crees se desmorona, tus principios, tus creencias, hasta tus seguridades. Te vuelves débil y desorientada porque no encuentras consuelo ni salida.

Y el estado de impotencia normalmente va ligado al comportamiento humano, y suele darse por la pérdida de la confianza.
Yo suelo creer en la gente, suelo confiar en ella, pero no a la ligera... sino cuando hay un intercambio de emociones o de sentimientos, y cuando alguien me pide que confíe en esa persona lo hago con los ojos cerrados. Y puede que ahí esté mi error, ya que el tiempo me ha demostrado que jamás hay que cerrar los ojos y menos cuando no controles quien te lleva de la mano.

Llevo días meditando, pensando mucho sobre cosas que me han sucedido, sobre la impotencia que siento. Y llego a la conclusión de que hoy en día las palabras son tan baratas que cualquiera puede regalártelas, haciendo que metas al caballo de troya de la impotencia en tu propia casa.


martes, 13 de octubre de 2015

CORAZÓN

Nunca dos personas aman de la misma manera, con la misma intensidad, con la misma entrega.

Por más heridas que tenga, siempre dejamos una puerta abierta, una rendija por donde pueden llegarnos, no hay muros tan altos como para que otro corazón equilibrista acabe profanando su santuario.

Y lo hacemos, caemos rendidos, desprotegidos, indefensos, esperando que sea esa persona, ese corazón el que nos de vida y no nos la quite.


El amor es un mar embravecido en el que nos encontramos flotando y las olas nos golpean una y otra vez esperando que nos rescaten.

Privar al corazón de latir es un error, una pérdida infinita, un dejar de vivir.

Como decía Benedetti...
"De que sirve un corazón que se aburre de querer".

Es su destino, latir, emocionarse, creer... 





lunes, 12 de octubre de 2015

INCOMPLETA DE POR VIDA

Nunca has amado si no has rozado el cielo con las manos, si no has sentido el fuego del Infierno entre tus piernas y la miel de la adrenalina en tus labios. Porque con él todo es así, apasionante, dulce e intenso.

Sus besos robados saben a gloria. A esa gloria que te hace perder el sentido bajo una dulce tortura de sus labios, carnosos y siempre ávidos, que una y otra vez acompañan, como si de una música de fondo se tratara, el atrevido movimiento de sus manos que aceleradas se abren paso por debajo de la falda. Cuando te atreves a gemir porque no sabes si dejarte llevar o pararle, ya que ni el sitio ni el momento son adecuados, aprovecha para introducir su lengua en tu boca para hacerte saber que estás perdida. O quizás salvada, depende de como lo mires... Porque jamás me he sentido tan en casa como entre sus brazos.

Y me encanta que me seduzca, que me haga sentir deseada, ver el deseo brotar de sus ojos. Nunca vi tanta pasión en un hombre, o puede que jamás yo la haya correspondido de igual modo, con tanto amor, deseo, complicidad y cariño.

El caso es que cuando encuentras un hombre con el que sientes así, ya no te conformas con menos. Y a veces, a pesar de que sólo sea un instante, merece la pena vivirlo aunque quedes incompleta de por vida.


domingo, 11 de octubre de 2015

SABOR

Sus labios... como olvidar sus labios.

El rastro de deseo que dejaban en mí al primer roce, el infierno que desataban en mi cuerpo cuando su lengua y la mía bailaban en la boca. Su suavidad, su firmeza, sin dudas, sin miedos, besos exigentes que despertaban cada rincón de nuestros cuerpos.

Aquella noche no fue distinta, un par de cervezas, unas caricias, dos besos y el apocalipsis se desataba entre nosotros.

Dos miradas cruzadas y la cuenta.

Caminamos rápido, sin detenernos, había ganas, muchas ganas. Abrir la puerta fue como desencadenar la batalla, una lucha por desnudar al otro en primer lugar, una pelea de manos chocando, cuerpos bailando por el pasillo, sin música, dejando la ropa abandonada como rastro.

No caímos, nos precipitamos sobre la cama con hambre.

Sus bragas bajaron a toda prisa por sus muslos y en ese momento lo supe... o parábamos o sería el polvo más rápido de la historia.

Me retiré de su cuerpo... dios, como quemaba a la vista.

Me miraba expectante, encendida y yo... yo no podía parar de imaginar todo lo que podía hacerle.

Acabé de desnudarme y me subí a la cama agarrando sus piernas, separándolas, con la mirada felina y el destino claro. Ladies first... 

Besé cada centímetro de sus muslos, dejando que mi barba raspase suavemente, sus suspiros se escuchaban casi imperceptibles... 

El olor, ese olor a excitación me turbaba, me incitaba y quería probarlo... su sabor.

Una lenta lamida, desde abajo hasta llegar a su clítoris. Su cuerpo se tensó y se le escapó el primer gemido. Más lengua, más, capturé el clítoris con los labios, succiones rápidas, sin freno, un dedo invadiéndola, dos. 

Sus caderas bailaban en mi boca. Sus labios entreabiertos dejaban escapar gemidos cada vez más fuertes, más intensos, su cuerpo vibraba y su mano sujetaba firme mi cabeza contra ella.

Dos fuertes lamidas más y su cuerpo se convulsionó, su grito de placer retumbó en la habitación. 

Y su sabor... ese sabor, tardó horas en quitárseme de la boca. 

 

jueves, 8 de octubre de 2015

REGALO

Nunca olvidaré su cara al ver aquel regalo, era pura emoción, le encantaba.
Su primer conjunto de lencería regalado por un novio.

Para mí, también fue mi primera vez. Algo distinto, sexy, sin pasarse, con clase.
Un conjunto de Selmark, burdeos, fino, con las copas con encaje del mismo tono. Fue como si me llamase, decía "este le gustará".

Una bonita caja y un lazo después, me fui directo a verla.

Estaba emocionado, quería ver su cara al verlo pero sobre todo, quería verla con el puesto. 

Conocía su cuerpo a la perfección y sabría que le quedaría como un guante. Una chica con curvas, de pecho justo. 

Y llegué, un beso apasionado y un felicidades... 

Le di el paquete, no tardó nada en deshacer el lazo, abrir la caja y sin sacarlo de ella ya sus ojos brillaban, me miro con una sonrisa de oreja a oreja y salió disparada al baño con la caja entre las manos.

No me dio tiempo a reaccionar... esperaba que se lo probase allí mismo. 
(Era demasiado joven para entenderlo)

Mereció la pena. Cuando apareció con el conjunto, era un espectáculo para los sentidos. 

El tanga acomodado a sus caderas, con poca tela pero cubriendo lo necesario, sus pechos marcados y provocadores por el relleno de las copas... 

Se acercó despacio, provocándome con cada movimiento y cuando mis manos sujetaron su cintura, dio un gracias casi susurrado y un beso que no dejó dudas.

No necesitó preguntar cómo le quedaba, mi cara lo decía todo y mi cuerpo no tardó en corroborarlo...


Le duró puesto minutos... pero esa, es otra historia.


 
  

miércoles, 7 de octubre de 2015

EL MAGO, LA CHISTERA Y EL CONEJO

La noche cerrada amenaza con quedarse en la casa, en el dormitorio.

De repente, sientes un brusco golpe en tu pecho que te hace incluso moverte en tu lado de la cama. Estás soñando... pero crees que caes y es tan real que abres los ojos despavorida. Una mano te acaricia el pelo y te dice que ha sido solo un sueño, que ya ha pasado y que no tengas miedo porque él está contigo para protegerte. Y suena tan consolador que tus piernas se abrazan a las suyas sintiendo ese calor típico e inusual de su cuerpo, ya que siempre tiene la temperatura corporal más elevada de lo normal. Pero aún estás temblando, así que su cuerpo busca el tuyo. Muerde tu oreja, te susurra al oído promesas que crujen en tu interior como ardiente fuego y sin preliminares te olvidas del miedo pasado. No hace falta dejarte llevar porque teneis la magia de la sincronización, dos cuerpos con una única mente, una única alma y el mismo deseo. Es tu mitad... o lo era. Porque toda magia contiene trucos y algunos de muy mal gusto... y mientras crees en ella, perfecto! Pero cuando se baja el telón sin previo aviso y descubres que el mago no es tal, ni siquiera tiene chistera ni conejo que hacer desparecer, pues como que ya no es magia lo que hace, sino más bien puro cuento.





martes, 6 de octubre de 2015

COMPLICIDAD

No me refiero a la existe dentro de una pareja, me refiero a la complicidad entre amigos.

Esa en la que no ocultas, eres tú, tu forma de ser, sin azucares añadidos. A quién muestras como eres, esa persona te acepta y se muestra como es, donde la sinceridad es vital en todo lo que la rodea.

Esa complicidad que revela secretos, pide consejos, acepta el cariño sin esperar nada a cambio.
 
Todos tenemos a esa persona que nos regala esa complicidad, alguien insustituible y al que no se le permite fallar.

Y no lo hacemos, o nos traicionamos un poco a nosotros mismos.

Si la perdemos, es irrecuperable, no tiene vuelta atrás.

Complicidad... qué bonito nombre tienes.

 

lunes, 5 de octubre de 2015

PASEANDO POR LAS NUBES... CON ALICE

Haber llegado a los cuarenta con un corazón medio decente creo que tiene su mérito. 

Siempre he sido una persona de pocas manías, de hablar sin miedo, de levantarme cuando pocos lo hacen y de tener miedo a pocas cosas. Nunca me ha hecho falta ni demostrar, ni demostrarme nada y quien me conoce lo sabe.

Pero siempre me ha dado mucho respeto el "mundo", ese que admiraba desde el sofá con una risilla cómplice mientras él me guiñaba un ojo y me provocaba para que fuese a dar una vuelta de su mano. Una vuelta me dijo... ¡y di varias y de campana!

Probar cosas que te dan vidilla, que te hacen creerte invencible, que te ponen cara de tonta con esa sonrisa de mala malisima sólo superable por la risa de un orgasmo, eso que yo llamo peligro y otros llaman locuras. Y le llamo peligro porque lo es. Pero cuando andas caminando sobre las nubes no te das cuenta de ello, el morbo te lleva en volandas, lo prohibido es lo que tiene, lo complicado nos atrae y la mente se vuelve irracional. Llegas a enamorarte... pero creo que no de las personas, sino del peligro, del morbo, de la acción como yo le llamo.

Hay días en que necesitas de esa acción, de ese peligro. Podría hacer una llamada e irme a dar la vuelta al mundo en tan sólo una hora, con un coche de gasoil y muchas ganas, riendo como una loca, porque a mí el peligro me ha llegado a dar hasta risa, ya ves... loca de remate. Pero ahora el peligro me da miedo y no sé si su morbo merece la pena. Tengo claro que para mi era una droga y nunca me he metido nada, pero este mono también cuesta de superar y hay infinidad de tentaciones para volver a caer, pero me mantengo firme, prefiero ahora la acción de una buena peli desde el sofá de casa, con mi Rivera cantando en mi tablet, mis hijos riendo de fondo, y unas manos acariciando mi pelo.

Se que no es lo mismo... ni nunca lo será, pero dejé los paseos por la nubes el día que descubrí que debajo también hay cielo.




ESENCIAS...

Nuestra esencia es el conjunto de lo que somos, como sentimos, miramos, tocamos, escuchamos e incluso como respiramos.

Dicen que no existen dos Iris iguales en todo el planeta... la esencia es algo parecido, tiene su huella, nos diferencia con respecto a otros, nos hace únicos y personales.

Es nuestra personalidad, como reaccionamos, como queremos y nos acercamos.

La esencia cambia, se transforma, crece con nosotros y se define con la edad adulta.

En definitiva... somos y nos enamoramos de esencias.