domingo, 25 de octubre de 2015

BESOS DE CARIÑO, DE AMOR TAL VEZ, DE PERDON QUIZÁ...

Es difícil describir ciertos momentos. La verdad es que muy difícil. Y algunos incluso es casi mejor no intentarlo, ya que las palabras desmerecen el momento.
Pero hacerlo igual merece la pena y los retenga en nuestra memoria, aunque solo sea en la nuestra.

No llovía pero la humedad era palpable. Humedad salada y no de mar, sino de nuestros cuerpos. Allí estábamos sentados y abrazados, con nuestras piernas rodeando nuestras caderas y con los brazos acariciando nuestras espaldas.
Silencio... Solo había silencio.
El baile de manos y piernas tenia lugar en un mágico silencio. Sus manos acariciaban las puntas de mi pelo, que revuelto en mi cara no dejaba paso al aire. ¿Pero quién quería respirar? Si yo solo quería morirme allí mismo, en sus brazos, en su piel. Lo único que me insuflaba vida era aspirar su olor... Sigue usando Mussel y ese perfume que aliado con su piel me vuelve loca y me da paz al mismo tiempo. 
Sus besos... Sus besos en mi maraña de pelo sabían a gloria, porque eran besos que nunca me había dado. Besos de cariño. De amor tal vez. De perdón quizá...
De mi pelo pasó a mi frente y descubriendo mi cara pasó a mis labios. Y si rozando su pecho con los míos yo quería morir, cuando me besó con los suyos quise hacerme eterna y jamás volver a mi mundo. Al mundo cruel que nos abre los ojos y nos devuelve a la realidad. A ese que te da un bofetón y te dice, "Alice...deja de soñar".



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