lunes, 30 de noviembre de 2015

Las cosas no suceden cuando las planeas, sino justamente cuando haces lo contrario. Y aquel día que solo pretendía una salida sin pena ni gloria, acabó siendo la noche perfecta.

Que me gustan las mujeres, de todos es sabido. Pero de ahí a emular una de mis fantasías... Aún no me lo creo ni yo.
Planear un trío es una estupidez, y ese trío en concreto más que una estupidez,  era un imposible. Pero allí estaba ella, con su eterna sonrisa y su ironía de siempre... Hablando de tríos con una naturalidad que cualquiera diría que los hace todos los días. Su amiga sonreía, discreta y hasta sofocada. Y yo simplemente la escuchaba dejando volar mi fantasía. Y qué jodido es dejarte llevar por sus palabras, porque sin poder evitarlo me estaba poniendo encendido como una antorcha. Su minifalda se le subía al gesticular y yo sólo podía imaginar mi mano subiendo por debajo y rozando su piel.
Su amiga se dio la vuelta, y ya mi mente empezó a hacer estragos en mi bragueta. Ese culo perfecto y respingón parecía tener imán con mi mano y mis ganas de azotarla me estaban volviendo loco. Contrólate, pensé... aquí quien manda soy yo.
Y vaya si mandé... ¡una mierda! O al menos al principio porque entre las dos me estaban poniendo a mil. Estaba descontrolado, venga decir gilipolleces porque la situación me superaba. No era dueño de mí, era un puto sumiso en manos de dos mujeres que se habían empeñado en hacer de mí un desgraciado. Pero no estaba dispuesto a dejarlas mandar en mi deseo, así que cogí discretamente a mí amiga del brazo y le dije que si tan chula era, que se dejase de palabrería ya que las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas. Ella me sonrió y como no podía ser de otro modo después de haberme calentado de aquella manera, le susurró algo a la amiga y me cogió del brazo a la vez que mordiendo mi oreja me regalaba aquellas mágicas palabras con las que hice mía la noche y a aquellas dos preciosas mujeres... "Tú ordena, que nosotras obedecemos"





EN SUS OJOS (Alice)

Hacía tiempo que planeaba aquel encuentro.
Demasiado tiempo aplazando aquel abrazo que nos debíamos...

Llegué cansada del viaje y solo me apetecía un baño caliente. Pero entonces el teléfono  empezó a vibrar.
Estaba claro que sus ganas no iban a dejarme mucho tiempo de descanso, pero ¡qué narices! No me había cruzado media España para meterme en una bañera. 
Una ducha rápida, y me enfundé un vestido gris marengo por encima de la rodilla, que enseñaba piernas pero no provocaba, mis adorados stilettos animal print y un toque de maquillaje que me quitase el cansancio de la cara. No quería defraudar, aunque ya sabía que lo que él esperaba encontrar no era una imagen a la que abrazar, sino una sonrisa que compartir, una voz que acariciar y mil miradas con las que bailar.

Había sido tanto tiempo de risas y confidencias que ya ni siquiera podía recordar cómo empezó todo. Pero aquellos mensajes de buenos días empezaron a ser mensajes portadores de tantas emociones que definir nuestra relación virtual era ya casi imposible. Faltaba hacerla real para ser completa.

Salí del hotel y me acerqué a la cafetería. Estaba hecha un manojo de nervios, porque no sabía si le reconocería. Pero al acercarme a la puerta le vi a través del cristal. Sus ojos y los míos se sonrieron y supe que ya jamás habría un final.

Dedicado a mí adorado Jsmastropi






domingo, 22 de noviembre de 2015

EN SUS OJOS (JsMastropi)

Lo necesitaba... todas aquellas palabras, aquella complicidad. Necesitaba verla, hacerla real.

Me enfrenté al espejo, lo de siempre... un jersey de cuello cisne, unos vaqueros desgastados y un abrigo, barba de varios días y ese brillo en los ojos.

Un whatsapp...

- ¿Donde quedamos?

- ¿En que hotel estás? 

- En el que me recomendaste...

- Doblando la esquina hay una cafetería, 
  Te espero en la puerta.

Aparco el coche, camino sin prisa, todavía tardará, pienso en ella. 
Me reconocerá? Yo lo haré por ella.

El frio roza mi cara al bajarme del coche, ese frio otoñal que se hace sentir en la oscuridad de la tarde.

Llego a la puerta del café, pronto, espero, nervios... maldita manía de llegar pronto.

Dudo si acercarme al Hotel. En ese instante, la veo acercarse al doblar la esquina.

Sin duda es ella, camina despacio mirándolo todo... y al verme, esa sonrisa tan suya ilumina su cara.


No digo nada, no hace falta, el abrazo lo dice todo, fuerte, sin miedo, haciéndose hueco en mi pecho.

Un "Hola" tímido rompe el abrazo, sujeto su cara con las manos y lo veo, al fin, en sus ojos, ahí está, la complicidad, el cariño.

Ven, vamos dentro...


domingo, 8 de noviembre de 2015

AMANECER

Abrió los ojos perezosamente, la luz apenas entraba por las rendijas de la persiana mal cerrada.

Tocó la cama, vacía, miró la hora, tarde... se había ido ya.

Su cuerpo se quejó al moverse, ese dolor que te recuerda una noche de sexo de lo más intensa.

Recordó cada movimiento, cada caricia, cada beso y cada avance. Cómo la desnudo con sumo deleite en los ojos, como la recorrió lento y cuidadoso, tocando cada zona de su cuerpo que sabía pondría su deseo al límite.

Sin pensar nada más que en el placer que había sentido, sus manos tomaron protagonismo rememorando como las de él la recorrían. Sujetando fuerte sus pechos, juntándolos y elevándolos para llevarse los pezones a la boca. Jugando con ellos, rozándolos con los pulgares... 

Sus manos ya habían llegado al centro de su placer, su clítoris era el centro de sus caricias, movimientos lentos y circulares, estaba húmeda y no recordaba si era aún de la noche anterior o por las nuevas caricias que se estaba dedicando.

Suspiros, jadeos, gemidos... el momento se acercaba, temblaba, aceleró el movimiento, sus gemidos creciendo en velocidad y volumen.

En unas últimas caricias su cuerpo se rindió, cerró con fuerza las piernas, atrapando sus dedos que seguían martirizándose, alargando el orgasmo arqueando su cuerpo... 

Unos últimos espasmos y por fin la calma... 

Vio su móvil sobre la mesita, lo cogió, activo la cámara y la foto retrató su cuerpo totalmente desnudo.

Escribió el mensaje, "Te esperaré todo el día así, no tardes", adjuntó la foto y le dio a enviar.

El doble check no tardó en ponerse azul. Sonrió imaginado su cara, un instante y leyó escribiendo...

"Veo que aun estás en la cama, espero que cuando llegue estés en la misma posición. 
No tardaré y te daré el desayuno que mereces"...




Fotografía de @aaN_Giiie


martes, 3 de noviembre de 2015

RECUERDOS

Por más que intentaba recordar donde la había guardado, no conseguía acordarme. Revolví todo el escritorio, sabía que estaba allí.

Vi mi antiguo diario de viajes, aquel con tapas de cuero que me acompañó en aquella época junto a mi antigua cámara.

Solté la cuerda que la cerraba, abrí sus páginas y entre ellas apareció ante mis ojos. Perfecta, más de lo que los recuerdos me traían a la memoria.

Una fotografía antigua, gastada por el tiempo. Recuerdo el día como si fuese ayer. 

Una lluviosa tarde de otoño, la soledad de mi cuarto de huéspedes, su olor a lavanda impregnando la pequeña habitación. 

Su cuerpo, uno de esos cuerpos casi cincelados a la perfección por un maestro de la escultura. Sus pechos, sus caderas, sus largas piernas adornadas con medias que siempre me hacían estremecer.

Recuerdo cada detalle de aquella tarde al mirar esta vieja fotografía. 
La última que le hice, el último recuerdo y el más inolvidable, el calor de su cuerpo era lo más parecido a un hogar que tuve en años.

Hogar... 






Fotografía de @rosaabril1 

Gracias Rosa.

domingo, 1 de noviembre de 2015

SILENCIOS


Silencios forzados
Silencios ahogados
Silencios que salvan vidas
Y silencios que tienen la última palabra...





Nunca entendí los silencios... Hasta que me tocó callar a mí.
Y nunca me han gustado porque tengo un alma intranquila, que no le gusta dejar un silencio por respuesta y mucho menos aceptarlo como tal. Pero a veces los silencios gritan lo que el cuerpo debe callar y se debe guardar silencio para no dañar. Y aunque sabes que matas con tu ausencia y que un poco de tí también muere con ella, confías que el tiempo todo lo pondrá en su lugar y que será benévolo con tu recuerdo.

Aun así, los silencios dejan dudas, y no siempre para quien los recibe, sino también para el que los da. Porque el silencio es egoista y cuando callas no siempre otorgas, sino que a veces robas emociones, sentimientos y lágrimas que no te pertenecen. Y eso tampoco es satisfactorio, y la necesidad de actuar así es cruel y también duele.

Silencios... Cuánto daño hacéis y qué poco os comprendemos. 


UN NOVIEMBRE EN LA MIRADA

Sus ojos se teñían de otoño cuando lo recordaba, 
un noviembre rodaba por sus mejillas sin poder retenerlo.

Su mira se volvía acuosa cuando llegaba esa época,
demasiado pasado para un solo mes.

Demasiado recuerdos asociados que aún dolían en el alma, agarrándose con uñas y dientes para no pasar al olvido. 

Demasiado profundo para que fuese tan simple arrancarlo, enraizado entre los huesos, imposible extirparlo sin que se llevase una parte importante de lo que era. 

Siempre le dije que tenía un noviembre en la mirada, siempre me respondió con una sonrisa triste.